¿Como funciona la IA?

Imagina que te encuentras en la práctica de golf, dándole al swing como si no hubiera un mañana. Ahí estás, en tu primer intento, y la bola se queda más corta que promesa de político en campaña. 

Bueno, piensas, a darle más fuerte. Y ahora, claro, la mandas tan lejos que casi necesita pasaporte. 

Un intento más, ahora con cariño, pero se va a la derecha. Cambias un poco la postura de los pies, te concentras y… ahora la bola se va a la izquierda. Y en ese momento es cuando te das cuenta que vas a necesitar más de una cubeta de bolas.

Pues así es cómo la Inteligencia Artificial (IA) se pone sus pantalones de aprendiz, un objetivo y empieza a intentarlo una y otra vez como si estuviera en una maratón de fracasos, ajustando un poquito aquí y allá, hasta que, por arte de magia (o ciencia, para el caso), empieza a dar en el clavo. 

No sigue unas instrucciones precisas, sino que aprende al vuelo.

A diferencia de la programación tradicional donde se le escribe un algoritmo con pasos y reglas precisas, en la IA solo le decimos el resultado que queremos y la dejamos que lo intente una y otra vez hasta que lo logre. Como cuando a Paco de Lucía se encontró una guitarra.

Pero hay que tener cuidado, porque al igual que nosotros intentando el tiro ganador, donde el caddy ya te dijo que no libras, de vez en cuando la IA mete la pata hasta el fondo, enviando algún que otro «tiro» a la copa de martini de tu tio, el que dice que va al golf todos los fines, pero no ha comprado ni los palos.

*Nota: El texto anterior fue generado por inteligencia artificial